Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1887-1888 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 10 de febrero de 1888
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Romero Robledo
Número y páginas del Diario de Sesiones: 48, 1206-1207
Tema: Rumores sobre la ausencia de Madrid de S. M. la Reina D.ª Isabel II y S. A. el Duque de Montpensier

Bien decía yo, Sres. Diputados, que al señor Romero Robledo le pasaba algo, y, por lo menos, no podrá negar S.S. que es víctima de una preocupación tal, que no le deja ver las cosas claras. Ya nos ha dicho S.S. cuál es su preocupación: la de creer que todos los hombres políticos, que todos los partidos políticos, que todo el que se ocupa de la política española, no piensan más que en la agrupación a que S.S. pertenece; y yo le puedo declarar que, con toda la estimación que particularmente le tengo, como individuo de esa agrupación no me preocupa ni más ni menos que cualquier otro individuo de cualquier otra agrupación política. Aquí no se trata de rayar el cristal de adhesión a ninguna, porque, en último resultado, si nosotros rayásemos ese cristal, sería este hecho bueno para que S.S. se enfadase con nosotros, pero para que deje de tener ciertas adhesiones, no me parece regular. (Muy bien). Está bien que S.S., si cree que le combatimos, se defienda contra nosotros y aún nos ataque; pero ¿qué tiene que ver esto para prescindir de ciertas adhesiones, porque nosotros rayemos el cristal delicado, por lo visto, de la adhesión de ese grupo? Yo le puedo asegurar a S.S. que esa agrupación no merece mayor ni menor consideración, mayor ni menor importancia para atacarla, ni para defenderla, que las demás agrupaciones políticas de esta Cámara. Lo que hay es, que S.S. no puede esperar cariño de nosotros, ni de nadie, cuando no hace más que vomitar enconos contra todos; a no ser que S.S. quiera que correspondamos con cariño a la manera constante, pertinaz y sistemática con que nos ataca a todos y a todo. Esto no puede ser, porque en ninguna cosa más que en política hay que esperar la reciprocidad. Emplee S.S. las formas templadas que emplean hasta los partidos más extremos, y S.S. será correspondido de otra manera que hasta ahora lo ha sido.

Pero ¿qué quiere S.S. que yo conteste a su interpelación? Su señoría ha dirigido una pregunta al Gobierno de S. M.; yo he tenido la honra de contestarla; sobre mi contestación ha anunciado S.S. una interpelación; ¿se ha ocupado algo de lo que yo le he contestado? Ni una sola palabra. De lo que se ha ocupado es de lo que dicen los periódicos de oposición. (El Sr. Romero Robledo: Ministeriales). Los ministeriales no han dicho nada de lo que S.S. supone. Pero aun cuando algún periódico ministerial haya dicho algo, en contestación probablemente a lo dicho por periódicos que conoce mucho S.S., ¿qué quiere S.S.? ¿Que los que son órgano de S.S. hablen, discutan y ataquen y no sean contestados?

Su señoría ha fundado toda su argumentación en noticias que dice publican Le Temps y El Liberal; y ¿qué tiene que ver el Gobierno con Le Temps y con El Liberal? ¿Es que cree S.S. que esos son periódicos inspirados por el Gobierno? (El Sr. Romero Robledo interrumpe al orador). De manera que al discutir S.S. con ello, ¿qué he de contestar yo? Dejo que ellos discutan con S.S.

Señores, Le Temps hace tiempo que corre en Francia como uno de los periódicos más acreditados, de mayor circulación, de más dignidad y de mayor independencia. Su señoría supone que puede esta pagado, sin duda para publicar estas noticias. Pues respecto de esto me basta contestar a S.S. que nosotros no tenemos ninguna relación con Le Temps. Respecto de lo demás, Le Temps contestará a S.S., porque cuando S.S. viene aquí a discutir con los periódicos, lo natural es que los periódicos contesten a S.S. (Risas).

Yo no puedo hacerme cargo más que de lo que S.S. diga combatiendo mis afirmaciones; pero ¿qué tiene que ver con esta discusión lo que hayan dicho los periódicos, sean o no ministeriales? Además de que yo declaro que no he visto en ningún periódico ministerial esa historia a que S.S. se ha referido.

Repito que no se puede venir aquí a hacer cargos al Gobierno por lo que publican los periódicos de oposición, siquiera los ministeriales tomen acta de lo que digan la oposición, para dar interés a la lectura; y declaro de nuevo que no he visto que ningún periódico ministerial se haya hecho eco de eso que su señoría llama historia y yo he llamado novela. No sé cómo sabe S.S. que lo publicado por El Liberal es historia y no novela. De modo que quien ha dado importancia a todas esas cosas es S.S., y el Gobierno el que ha quitado esa importancia. [1206]

Pero el razonamiento del Sr. Romero Robledo me hace mucha gracia. El Liberal ha publicado esto (que para S.S. es historia): pues el Gobierno debe tomar un ejemplar del número de El Liberal donde se ha hecho la publicación, y ponerlo como pieza primera de una causa criminal contra mi persona y contra todas las personas augustas que el periódico ha citado.

Señor Romero Robledo, ¿no conoce S.S. que eso sería hacer una ofensa muy grande a la lealtad de su señoría, a la adhesión nunca desmentida y a la conducta intachable de esas altísimas personas? Pues qué, ¿da más crédito S.S. a lo que puedan decir los periódicos de oposición, que a lo que pueda inspirar la conducta noble de esas ilustres personas, cuyos nombres solos bastan como garantía al Gobierno? ¿Qué necesidad tiene el Gobierno de que los tribunales le digan que eso es una fábula, si está persuadido de que lo es, y lo estaría aun cuando no figurara en ese artículo más que el nombre del Sr. Romero Robledo? ¡Tanta fe tiene en la lealtad de S.S. y en su adhesión hacia las instituciones!

Por consiguiente, el Gobierno no ve motivo alguno para que los tribunales entiendan en este asunto, porque S.S. mismo, que en el asunto interviene, es una garantía para nosotros. El Gobierno cree que el Sr. Romero Robledo es incapaz de faltar a la lealtad que debe a las instituciones monárquicas, que todos respetamos aquí, y a cuya sombra vive perfectamente el país.

No tengo más que decir. (Aprobación). [1207]



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